¿Qué son los fibromas?
Los Miomas uterinos (también llamados fibromas o leiomiomas) son tumores benignos (no cancerosos) de tejido muscular que se encuentran en el útero. Pueden cambiar la forma y el tamaño del útero (matriz) y, algunas veces, el cuello uterino (la parte baja del útero). Crecen de las células de músculo liso en la pared del útero.
Los miomas son muy comunes y puede haber uno o más. Se estima que los miomas afectarán a 8 de cada 10 mujeres afroamericanas y a 7 de cada 10 caucásicas para la edad en la que alcancen la menopausia.
Por lo general, los miomas se notan durante la edad reproductiva y disminuyen de tamaño después de la menopausia. La mayoría no generan síntomas ni requieren tratamiento. Sin embargo, según el tamaño y la ubicación en el útero pueden causar síntomas o requerir tratamiento.
¿Qué causa los miomas?
Los miomas se forman porque una célula genéticamente alterada de la pared del útero produce tejido muscular en exceso, lo que genera una masa que crece.
No se conoce con claridad la causa principal de los miomas, pero existe evidencia que sugiere que tanto la genética como las hormonas juegan un papel en esto. Por ejemplo, los miomas son más comunes en las afroamericanas que en las mujeres caucásicas. El estrógeno y la progesterona (hormonas producidas principalmente por los ovarios) pueden estimular el crecimiento de bromas.
Después de la menopausia, cuando bajan los niveles hormonales, es raro que crezcan los bromas y por lo general disminuyen de tamaño. No hay mucha evidencia de que la alimentación y el estilo de vida afecten el crecimiento de los miomas y su desarrollo. De manera similar, los medicamentos como las píldoras anticonceptivas de dosis bajas no tienen o tienen muy poco impacto en el crecimiento de los miomas.
¿Dónde se encuentran los miomas?
Los miomas normalmente se encuentran en el cuerpo del útero, pero a veces ocurren en el cuello uterino. Los miomas que se encuentran dentro del útero pueden dividirse en tres categorías:
- Los subserosos se encuentran en la pared exterior del útero (55%)
- Los intramurales se encuentran en las capas musculares de la pared uterina (40%)
- Los submucosos protruyen en la cavidad uterina (5%)
- Los miomas pueden conectarse al útero a través de un tallo (pediculados) o pueden estar unidos a órganos cercanos, como la vejiga, el intestino o los ligamentos que rodean al útero. Rara vez se encuentran miomas fuera de la cavidad pélvica.
¿Qué clase de síntomas causan los fibromas?
Los síntomas de los miomas se relacionan al tamaño y a la ubicación. La mayoría de las mujeres con miomas uterinos no tienen ningún síntoma. Los síntomas más comunes son sangrado uterino anormal, dolor y presión en la pelvis.
El sangrado uterino anormal es el síntoma más común cuando los Miomas están en el revestimiento del útero o cerca de este y es la razón principal para tratar los fibromas. Ya que el sangrado uterino anormal puede deberse a otras enfermedades, como cáncer de endometrio y problemas hormonales, es importante que quienes tengan bromas y experimenten sangrado vaginal anormal se sometan a una evaluación exhaustiva para descubrir si las causas son otras.
Dolor
Un mioma que crece rápidamente puede superar la capacidad de suministro sanguíneo y degenerarse, lo que causa dolores y cólicos (calambres). Los miomas que están unidos al útero por un tallo no pueden estrangularse y causar dolor intenso. Los miomas uterinos también pueden hacer que las relaciones sexuales u otras actividades sean dolorosas. Las mujeres con miomas pueden experimentar calambres menstruales dolorosos.
Los miomas grandes pueden ejercer presión sobre órganos pélvicos cercanos. Si el mioma hace presión sobre la vejiga, que se encuentra adelante del útero, puede causar micción frecuente o urgente. La presión en los uréteres (los conductos que transportan la orina de los riñones a la vejiga) puede dañar los riñones si no se extirpan los bromas. Los miomas en la parte baja del útero pueden presionar el intestino grueso y el recto, lo que causa movimientos intestinales dolorosos, constipación, hemorroides o deposiciones con forma extraña.
Muchas mujeres que tienen fibromas no tienen ningún síntoma. En las que sí tienen, los síntomas pueden verse influenciados por la ubicación, el tamaño y número de fibromas.
Otros de los signos y síntomas más comunes de los fibromas uterinos incluyen:
- Sangrado menstrual abundante
- Períodos menstruales que duran más de una semana
- Presión o dolor pélvico
- Necesidad de orinar a menudo
- Dificultad para vaciar la vejiga
- Estreñimiento
- Dolor de espalda o de piernas
- En raras ocasiones, un fibroma puede causar dolor agudo cuando supera
- su suministro de sangre y comienza a morir.
Los fibromas se clasifican generalmente por su ubicación:
- Los fibromas intramurales: crecen dentro la pared muscular uterina.
- Los fibromas submucosos: sobresalen dentro de la cavidad uterina.
- Los fibromas subserosos: se proyectan por fuera del útero.
¿Causan infertilidad los miomas?
Los miomas pueden estar asociados con infertilidad. Lograr un embarazo es más difícil en mujeres infértiles que tienen miomas que para aquellas mujeres que no los tienen o se los han extirpado. Además, las tasas de embarazos exitosos con FIV pueden ser más bajas en mujeres con miomas. El lugar en el que se desarrollan los miomas puede ser un factor que contribuye a la infertilidad; los que protruyen en la cavidad (submucosos) y en la capa muscular (intramurales) causan más problemas.
¿Qué ocurre con los miomas durante el embarazo?
Los miomas pueden crecer durante el embarazo y pueden cambiar la posición en la que se encuentra el bebé al momento del parto. Además, aumentan el riesgo de requerir una cesárea, de abortos espontáneos y de partos prematuros. Según la ubicación de los miomas, pueden causar problemas en el parto, que incluyen sangrado y separación prematura de la placenta.
¿Pueden ser cancerosos los miomas?
El riesgo de que los miomas sean cancerosos es de aproximadamente 1 en 1000 (de los miomas extirpados) durante los años reproductivos y es más común en las mujeres después de la menopausia.
¿Cómo se diagnostican los miomas?
Por lo general, los miomas uterinos se encuentran en exploraciones pélvicas al determinar la forma y el tamaño del útero. A veces la exploración pélvica no es suficiente para distinguir un mioma de una masa ovárica cercana al útero. Además, puede que los miomas pequeños no se encuentren en la exploración pélvica. Pueden realizarse estudios de imágenes, como ecografías, para confirmar los hallazgos.
Debido a que la ubicación y el tamaño de los miomas varían, una ecografía a lo largo de la pared abdominal con una sonda en la vagina puede ser efectiva para ver los miomas.
La SHG aumenta las posibilidades del médico de identificar fibromas que protruyen dentro de la cavidad uterina o la distorsionan.
Resonancia magnética nuclear (RMN)
La resonancia magnética nuclear (RMN) puede ser útil para identificar la ubicación en el útero y determinar las mejores opciones de tratamiento.
Cuándo debes consultar con un médico
Visita a tu médico si presentas lo siguiente:
- Dolor pélvico que no va
- Períodos demasiado abundantes, prolongados o dolorosos
- Manchado o sangrado entre periodos menstruales
- Dificultad para vaciar la vejiga
- Recuento bajo e inexplicable de glóbulos rojos (anemia).
- Busca atención médica inmediata si tienes sangrado vaginal intenso o dolor pélvico agudo que aparece repentinamente.
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