A nadie le gusta equivocarse, ser rechazado o hacer el ridículo delante del jefe, pero quedarse sin empleo por ello atemoriza a cualquiera. Si por éstas y otras razones ir al trabajo se convierte en una película de terror, no se bloquee. Enfréntese al problema y convierta esos miedos en la excusa perfecta para ser más productivo y hacerse imprescindible.
Si le pregunta a cualquiera por qué tiene miedo de su jefe, la respuesta está clara: “Porque me puede despedir cuando quiera”. Este temor, a veces irracional, está minando el clima laboral en muchas organizaciones que, lejos de establecer una cultura que fomente el acercamiento entre jefe y empleado, utilizan este temor como herramienta de gestión. “El miedo bloquea, genera inseguridades, desconfianza, incomunicación, resta autonomía, asunción de responsabilidades y toma de decisiones. No es una herramienta de gestión”, afirma Fernando Botella, CEO de Think & Action.
La incertidumbre, el qué dirán y los dichosos “Y si…” del tipo “¿y si pierdo mi trabajo?, ¿y si me equivoco y me despiden? ¿y si no soy capaz de hacerlo?” desencadenan el miedo tóxico que reina en muchas organizaciones. Según Botella “este síndrome obedece a una previsión negativa del futuro por parte del colaborador, y también a una inadecuada gestión del miedo que le lleva a interpretar todo con un sentido de pérdida”.
Este sentimiento queda muy lejos del temor positivo con el que guarda una estrecha relación la supervivencia, “es un estado de vigilancia y alerta natural que resulta útil y necesario para lograr que las cosas sucedan”, añade Botella. Este miedo bueno es el que tiene que explotar para luchar contra su terror, muchas veces infundado, ante quien no es más que una persona de carne y hueso con sus inseguridades, sus miedos y sus pequeños fracasos ocultos porque, todos somos humanos. Conviene que tenga claro este punto si quiere dejar a un lado ese sentimiento que puede bloquear y perjudicar seriamente su actividad profesional.
“El miedo bloquea, genera inseguridades, desconfianza, incomunicación, resta autonomía, asunción de responsabilidades y toma de decisiones. No es una herramienta de gestión”
Manual para gestionar el miedo
Pilar Jericó, socia directora de Be Up, explica que detrás de esos miedos se encuentran la subsistencia, la necesidad de control al que todo profesional aspira y la autoestima, “estos tres elementos mal gestionados alimentan el terror”. Por esta razón, antes de llevarse las manos a la cabeza y empezar a cavilar sobre lo que puede o no puede ser, esta experta recomienda aterrizar el miedo y pensar qué sería lo peor que ocurriría si… Jericó anima a escribirlo y tomarlo con distancia, “el peor miedo es el que te da vueltas”, afirma.
Coger el toro por los cuernos es la recomendación de José Manuel Chapado, socio de Isavia: “Hay que enfrentarse al problema. El origen de muchos de los problemas entre jefe y empleado es una conversación pendiente”. Si cree que ha cometido un error hágaselo saber a su superior, genere un espacio de confianza en el que ambos compartan puntos de vista. En opinión de Chapado, esto tiene mucho que ver con la tolerancia al error que debería existir en muchas organizaciones: además de ser una herramienta de aprendizaje muy eficaz es contagioso… como el miedo.
Los departamentos de gestión de personas son los encargados de generar este espacio de confianza ajeno a los miedos. Jericó recuerda que los empleados son de la empresa, no del jefe. Por este motivo, los trabajadores siempre pueden utilizar otros medios para exponer con argumentos el comportamiento tóxico de un superior. Atemorizar a un equipo de trabajo puede llegar a ser un motivo suficiente o, al menos, a tener en cuenta para valorar a un jefe.
Los empleados son de la empresa, no del jefe. Por este motivo, los trabajadores siempre pueden utilizar otros medios para exponer con argumentos el comportamiento tóxico de un superior
Chapado alude a la gestión del desempeño y a las encuestas de clima laboral como las herramientas más válidas para detectar estas irregularidades en los líderes. “Esos datos sirven para hacer un coaching de equipo encaminado a mejorar la actitud del directivo o prescindir del mismo si es necesario. Las empresas deben ser conscientes de que si un jefe utiliza el miedo como método de gestión, al final serán los colaboradores los que se irán, con la consiguiente pérdida de talento”.
Hacer el trabajo lo mejor posible es el objetivo de cualquier profesional, pero no es necesario tomarlo al pie de la letra. Botella afirma que “el perfeccionismo siempre genera miedos a equivocarse y a posibles represalias porque no hay lugar para el fallo. El temor al error y pagar las consecuencias por ello deriva en parálisis. Una gestión adecuada lo minimiza”.
Cuatro consejos para evitar el temor:
El diálogo, mirar los problemas con cierta perspectiva o compartir la incertidumbre con un colega pueden paliar sus miedos al jefe.
1.Autoconocimiento. Trate de conocer y comprender el miedo. Cuál es su procedencia, qué lo provoca, por qué y cómo le está afectando.
2.Punto de partida. Pregúntese que puede hacer para dejar de padecerlo. Es el momento de tomar decisiones, de elaborar un plan acción.
3.Acción. El miedo sólo se supera desde la acción, la puesta en marcha y la ejecución de las decisiones tomadas.
4.Mantener la observación consciente. Una vez vencido el miedo trate de mantener un estado de observación consciente permanente. Le ayudará a descubrir esos miedos e incluso anticiparse a ellos.
Fuente: https://www.expansion.com/2012/09/10/empleo/desarrollo-de-carrera/1347301138.html?cid=SMBOSO22801&s_kw=linkedin
Si le pregunta a cualquiera por qué tiene miedo de su jefe, la respuesta está clara: “Porque me puede despedir cuando quiera”. Este temor, a veces irracional, está minando el clima laboral en muchas organizaciones que, lejos de establecer una cultura que fomente el acercamiento entre jefe y empleado, utilizan este temor como herramienta de gestión. “El miedo bloquea, genera inseguridades, desconfianza, incomunicación, resta autonomía, asunción de responsabilidades y toma de decisiones. No es una herramienta de gestión”, afirma Fernando Botella, CEO de Think & Action.
La incertidumbre, el qué dirán y los dichosos “Y si…” del tipo “¿y si pierdo mi trabajo?, ¿y si me equivoco y me despiden? ¿y si no soy capaz de hacerlo?” desencadenan el miedo tóxico que reina en muchas organizaciones. Según Botella “este síndrome obedece a una previsión negativa del futuro por parte del colaborador, y también a una inadecuada gestión del miedo que le lleva a interpretar todo con un sentido de pérdida”.
Este sentimiento queda muy lejos del temor positivo con el que guarda una estrecha relación la supervivencia, “es un estado de vigilancia y alerta natural que resulta útil y necesario para lograr que las cosas sucedan”, añade Botella. Este miedo bueno es el que tiene que explotar para luchar contra su terror, muchas veces infundado, ante quien no es más que una persona de carne y hueso con sus inseguridades, sus miedos y sus pequeños fracasos ocultos porque, todos somos humanos. Conviene que tenga claro este punto si quiere dejar a un lado ese sentimiento que puede bloquear y perjudicar seriamente su actividad profesional.
“El miedo bloquea, genera inseguridades, desconfianza, incomunicación, resta autonomía, asunción de responsabilidades y toma de decisiones. No es una herramienta de gestión”
Manual para gestionar el miedo
Pilar Jericó, socia directora de Be Up, explica que detrás de esos miedos se encuentran la subsistencia, la necesidad de control al que todo profesional aspira y la autoestima, “estos tres elementos mal gestionados alimentan el terror”. Por esta razón, antes de llevarse las manos a la cabeza y empezar a cavilar sobre lo que puede o no puede ser, esta experta recomienda aterrizar el miedo y pensar qué sería lo peor que ocurriría si… Jericó anima a escribirlo y tomarlo con distancia, “el peor miedo es el que te da vueltas”, afirma.
Coger el toro por los cuernos es la recomendación de José Manuel Chapado, socio de Isavia: “Hay que enfrentarse al problema. El origen de muchos de los problemas entre jefe y empleado es una conversación pendiente”. Si cree que ha cometido un error hágaselo saber a su superior, genere un espacio de confianza en el que ambos compartan puntos de vista. En opinión de Chapado, esto tiene mucho que ver con la tolerancia al error que debería existir en muchas organizaciones: además de ser una herramienta de aprendizaje muy eficaz es contagioso… como el miedo.
Los departamentos de gestión de personas son los encargados de generar este espacio de confianza ajeno a los miedos. Jericó recuerda que los empleados son de la empresa, no del jefe. Por este motivo, los trabajadores siempre pueden utilizar otros medios para exponer con argumentos el comportamiento tóxico de un superior. Atemorizar a un equipo de trabajo puede llegar a ser un motivo suficiente o, al menos, a tener en cuenta para valorar a un jefe.
Los empleados son de la empresa, no del jefe. Por este motivo, los trabajadores siempre pueden utilizar otros medios para exponer con argumentos el comportamiento tóxico de un superior
Chapado alude a la gestión del desempeño y a las encuestas de clima laboral como las herramientas más válidas para detectar estas irregularidades en los líderes. “Esos datos sirven para hacer un coaching de equipo encaminado a mejorar la actitud del directivo o prescindir del mismo si es necesario. Las empresas deben ser conscientes de que si un jefe utiliza el miedo como método de gestión, al final serán los colaboradores los que se irán, con la consiguiente pérdida de talento”.
Hacer el trabajo lo mejor posible es el objetivo de cualquier profesional, pero no es necesario tomarlo al pie de la letra. Botella afirma que “el perfeccionismo siempre genera miedos a equivocarse y a posibles represalias porque no hay lugar para el fallo. El temor al error y pagar las consecuencias por ello deriva en parálisis. Una gestión adecuada lo minimiza”.
Cuatro consejos para evitar el temor:
El diálogo, mirar los problemas con cierta perspectiva o compartir la incertidumbre con un colega pueden paliar sus miedos al jefe.
1.Autoconocimiento. Trate de conocer y comprender el miedo. Cuál es su procedencia, qué lo provoca, por qué y cómo le está afectando.
2.Punto de partida. Pregúntese que puede hacer para dejar de padecerlo. Es el momento de tomar decisiones, de elaborar un plan acción.
3.Acción. El miedo sólo se supera desde la acción, la puesta en marcha y la ejecución de las decisiones tomadas.
4.Mantener la observación consciente. Una vez vencido el miedo trate de mantener un estado de observación consciente permanente. Le ayudará a descubrir esos miedos e incluso anticiparse a ellos.
Fuente: https://www.expansion.com/2012/09/10/empleo/desarrollo-de-carrera/1347301138.html?cid=SMBOSO22801&s_kw=linkedin
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Déjanos tu Comentario