Los primeros meses tras el parto son agotadores. Más que agotadores... ¡extenuantes! Y no es solo por el desgaste físico del parto, ni por el cambio de vida que supone la llegada del bebé a casa. Los primeros meses te desvives (literalmente) por tu hijo. No solo en cuanto a la alimentación y a los cuidados básicos. Te entregas por completo. Pero es el instinto (que es muy sabio) que es consciente de lo importante que es para el bebé esos primeros días.
Concretamente, sus primeros 1000 días. Y lo dicen los máximos representantes en materia de salud y educación infantil. Te explicamos por qué son tan importantes los primeros 1000 días de vida de tu hijo.
La importancia de los primeros 1000 días de vida de tu bebé
Un exhaustivo estudio recogido por UNICEF desvela datos asombrosos: los primeros 1000 días de un bebé son cruciales y marcarán para siempre su vida. De hecho, el 40% de las habilidades mentales del adulto se formaron en esos primeros años. Suena increíble, ¿verdad? Mil días son más o menos 3 años de vida. A partir de ahí se puede decir que tu hijo deja de ser bebé y sube un importante escalón en su crecimiento y maduración.
Pero esos 3 primeros años, esos 1000 primeros días de vida, tendrán una tremenda repercusión a nivel cognitivo y de desarrollo personal. Afecta sobre todo a estas áreas:
Desarrollo cognitivo
Durante los primeros 1000 días de vida, el tamaño del cerebro se duplica. Es el momento de mayor actividad y desarrollo cerebral de toda la vida. Un momento en el que se reconocen y relacionan conceptos básicos. La alimentación tiene mucho que ver, pero también el entorno del bebé y las experiencias que viva, que dejarán huella para siempre.
- Desarrollo del habla
Durante los primeros años de vida se asimila y decodifica el lenguaje. ¿Serías capaz tú de aprender un idioma a la perfección en tres años? Difícil, ¿verdad? Pero el bebé, es capaz de aprender no solo uno, sino varios idiomas a la vez en sus primeros 1000 días de vida. Le es mucho más fácil si le incentivas mediante la escucha constante del idioma.
Para que un niño aprenda a hablar hay que hablarle mucho, y que además te vea, observe la boca y los labios, ya que se fijará en el movimiento de la boca para articular palabras. A los 6 meses, el bebé reconoce una gran cantidad de palabras de su lengua materna. Lo más normal es que primero intente repetir sílabas.
Más tarde, palabras. Su vocabulario irá aumentando de forma progresiva, hasta que se sienta capacitado para unir palabras e intentar formar frases simples. A los 3 años, ya será capaz de mantener conversaciones con los adultos, pero tendrá que seguir perfeccionando el lenguaje hasta los 5-6 años.
- Desarrollo motor
Los primeros tres años del bebé parecen un ascendente maratón de logros. El bebé consigue sujetar la cabeza, enfocar objetos, mover brazos, coordinar movimientos, voltearse, arrastrar el cuerpo, coordinar brazos, piernas y cabeza para gatear, ponerse de pie, arrojar objetos, agarrar objetos, caminar, saltar, balancearse, mantener el equilibrio... ¡Increíble!
- Desarrollo emocional
El vínculo con la familia y personas cercanas al bebé es importantísimo para garantizar una buena salud emocional, que ayude a construir una personalidad fuerte, con buena autoestima y confianza. Recuerda que la personalidad comienza a formarse en esta etapa. Un bebé puede tomar conciencia de quién es y lo importante que es para los demás gracias al vínculo de cariño con sus padres. Esto le aportará una autoestima fuerte que será clave en el desarrollo futuro de todas sus habilidades.
- Desarrollo de las habilidades sociales
La televisión, tablet y móviles entretienen al niño, pero nunca podrán ayudarle a desarrollar habilidades sociales, que solo aprenderán conviviendo y relacionándose con otras personas. La interacción con las personas es vital en estos primeros años de vida, y a portará al bebé buenos recursos para relacionarse en su siguiente etapa.
El estudio de UNICEF presta especial atención a la importancia en estos primeros 1000 días del vínculo afectivo. Los bebés que reciben más cariño durante esta etapa, presentan al crecer muchos menos problemas que los bebés que vivieron con menos vínculo afectivo.
De hecho, se ha demostrado que los niños que crecen durante esos primeros 1000 días de vida en un hogar desestructurado, violento, con problemas y agresivo, presentan al crecer problemas severos de salud y de comportamiento. Sin duda, el amor es un buen alimento durante los primeros 1000 días de vida de tu hijo, pero sin duda, lo es durante toda su vida.
Fuente: https://www.guiainfantil.com
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